TODOS SOMOS IGUALES
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He vivido la misma historia que mucha gente: yo era el típico niño delgadito que, con los años, como sin darme cuenta, fui ganando peso hasta que, sin darme cuenta, llegué a pesar 103 Kg.
Está claro que de jóvenes podemos comer relativamente mal sin sufrir las consecuencias, ya que, entre que estamos creciendo y tenemos disparadas las hormonas y el deporte que hagamos, podemos llegar a compensar la mala alimentación.
Pero también está igual de claro que, a partir de cierta edad, o comemos bien o engordaremos y sufriremos todo tipo de problemas de salud.
Probablemente sabes de lo que hablo.
Pero no solo se trata de estar delgado y tener una buena figura, también hablamos de mejorar nuestra salud y de tener más energía.
Aunque no lo sepas, numerosos problemas habituales son debidos a una alimentación inadecuada: gases, acidez, somnolencias, estreñimiento, acne, dolores de cabeza, insomnio, fatiga, hinchazón, obesidad, infartos, hipertensión, colesterol, ácido úrico. Tomamos medicamentos para paliar esos síntomas, sin preocuparnos siquiera de las causas que los producen.
Estos problemas han llegado a ser tan comunes que hemos terminado por aceptarlos como “normales”. Pero por mucho que estemos acostumbrados a ellos, no es “normal” tener barriga, no es normal tener gases, no es normal ser estreñidos, ni tener problemas coronarios, de colesterol, ácido úrico, transaminasas, azúcar, hipertensión, diabetes o padecer del corazón a los 50 años, si no antes.
Y es que estar enfermo, falto de energía o gordo, no es normal. Debería ser la excepción y sin embargo es la regla.
Lo que hacemos cada día con nuestro cuerpo y lo que introducimos en él es determinante para nuestra salud y nuestro aspecto.
Estar gordo o delgado depende de tus hábitos alimenticios, al igual que la energía que tengas, las ganas de vivir, y tu humor. Y es mas, estar sano o enfermo también depende en gran parte de tu manera de alimentarte.
Créeme, si de pequeño eras normal y ahora estás gordito, cansado o enfermo, tu eres el único responsable.
También hay otro caso que se da mucho: la persona que no esta gorda, y que, sin embargo, tiene barriguita.
No todas las barrigas se deben a la grasa.
La razón de que la barriga se dilate hacia fuera no está en la grasa o en la falta de abdominales, sino que está en la mala digestión de los alimentos que comemos, lo que produce la hinchazón interna de los intestinos. Los intestinos hinchados empujan la barriga hacia fuera..
Muchas veces, cuando esto ocurre, la gente comienza a hacer abdominales con la esperanza de reducir la barriga, pero no hay ningún entrenamiento abdominal que vuelva a meter la barriga cuando ésta se encuentra hinchada desde dentro.
Por poner un símil, es como si una embarazada comenzara a hacer abdominales para reducir la barriga y meterla para adentro. No podría, porque la causa de su barriga no es tener los abdominales débiles, sino el niño que hay dentro. Tampoco le valdría de nada el querer adelgazar y perder grasa.
Para reducir estas barrigas es fundamental eliminar la causa que produce la hinchazón intestinal interna. El Método Superhon te enseña como hacerlo y como perder la barriga para siempre.