“Las muchas promesas disminuyen la confianza”.
Esta frase describe una filosofía . Algo que he aprendido en mi vida, tanto como atleta, como ahora que soy entrenador:
“Nunca prometo que en 3 meses bajaremos de peso, Nunca prometo que correremos una Maratón en 6 meses, nunca prometo que tendremos un cuerpo espectacular en 90 días.”
Sólo garantizo que tendremos una vida más saludable, bajaremos de peso en un tiempo razonable, correremos una Maratón cuando estemos preparados, adaptaremos nuestro cuerpo y le daremos un aspecto mejor que el que teníamos. Pero:
Sólo cuando nuestro cuerpo nos lo diga, nunca cuando nosotros le digamos.
Dar plazos a nuestras facultades físicas es algo que va en contra de nuestra salud y lo único que fomenta y cultiva es la frustración y el desengaño. El cuerpo se ha de adaptar y transformar de una manera progresiva y saludable. No existen técnicas de entrenamiento milagrosas, no existen pastillas que sustituyan a los beneficios de la actividad deportiva. Y por supuesto cada cuerpo necesita unos plazos; somos individuos únicos, y por lo tanto la progresión será diferente en cada uno de nosotros.
Realizar una actividad física dentro de unas pautas saludables, con unos sistemas de entrenamiento contrastados y con una planificación adecuada a cada individuo, es una actividad estimulante y saludable, que hará que el deporte sea algo cotidiano dentro de la vida diaria de una persona . Nos iremos superando, cumpliendo objetivos, poniéndonos retos cada vez más difíciles que harán de nosotros mejores personas, y nuestra vida será más satisfactoria.
Y esto es una realidad no una promesa