Entrenando la velocidad
febrero 2nd, 2017 Posted by admin Blog, ENTRENAMIENTOS No Comment yetEn este caso la velocidad de la que hablamos es la pura de potencia sprint.
La velocidad
La capacidad de desplazarse o moverse rápidamente, es muy importante para la práctica de un deporte. A nivel mecánico, se expresa mediante la relación entre el espacio y el tiempo. El término incorpora tres elementos. Tiempo de reacción inicial, Frecuencia de movimiento por unidad de tiempo y mínimo tiempo de desplazamiento a lo largo de una distancia determinada.
La correlación entre estos tres factores valora el rendimiento de un ejercicio que requiera esta capacidad o aptitud. Así, en los esprints, el resultado depende de la reacción del deportista en la salida, del mínimo tiempo de desplazamiento durante el largo de la carrera(es decir, fuerza de impulsión) y de su frecuencia de zancada.
A nivel mecánico, esta capacidad se expresa mediante la relación entre el espacio y el tiempo.
Es una capacidad determinante en pruebas que requieren rapidez: como esprints en pura en atletismo. En los deportes en los que no es una capacidad determinante, la inclusión de las actividades, con esta capacidad, en el entrenamiento favorece el entrenamiento de elevada intensidad. En consecuencia, el entrenamiento de esta disciplina representa un importante componente en casi todos los deportes.
Un corredor no consigue la máxima velocidad de forma instantánea, sino que la alcanza después de acelerar al menos durante 30 metro
Existen dos tipos de velocidad. Velocidad general y Velocidad específica.
La general es la capacidad de ejecutar cualquier tipo de movimiento de forma rápida. Tanto la preparación física general como la específica favorecen la general.
La específica se refiere a la capacidad de ejecutar un determinado ejercicio o cierta destreza a una determinada velocidad. La cual habitualmente es elevada. Los deportistas desarrollan necesidades específicas para cada deporte mediante métodos específicos. Sea cual sea el tipo de velocidad que se busca, no puede esperarse una transferencia positiva si la estructura del movimiento, tanto desde el punto de vista cinemático como dinámico, no es similar al patrón del gesto deportivo.
Un corredor no consigue la máxima velocidad de forma instantánea. Si no que la alcanza después de acelerar al menos durante 30 metros.
El velograma muestra que el deportista alcanza la velocidad máxima más allá de la marca de los 40 metros, o 5 segundos después de la salida. Y puede mantenerse estable algo más de 80 metros. A partir de ese punto, ésta fluctúa debido a la fatiga del SNC y la aparición de procesos de inhibición. Los deportistas podrán progresar mediante la mejora de la potencia, la resistencia a la velocidad y la resistencia a la potencia.
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