Desesperación. Esta es la palabra que describe cualquier pérdida de esperanza, y en el caso de un atleta esa desesperación aparece cuando de repente viene un dolor, una punzada que no nos permite dar un paso más, ni una pedalada más, ni una brazada más. Ese dolor, ese pinchazo inicia un camino que va desde el corazón del músculo o tendón dañado y llega hasta donde se forja un atleta, el ALMA. Una desesperación que se convierte en impotencia con el paso de los días, impotencia por no poder alimentar ese alma con el nutriente único que la mantiene activa: unos minutos de actividad, sintiendo moverse las piernas, los brazos; sintiendo como crecen las pulsaciones; como la temperatura corporal sube y como poco a poco nuestra mente se abandona en el ritmo y se aleja de lo cotidiano para adentrarse en lo sobrenatural…ese es el sustento del que no nos podemos nutrir los deportistas cuando el dolor se adueña de nuestra alma.
Una desesperación que se convierte en impotencia con el paso de los días
Es con el paso del tiempo cuando hemos de aferrarnos a los recuerdos y al sabor de ese “nutriente” que nos alimenta, intentar no olvidar que más temprano que tarde lo volveremos a sentir. Para ello hemos de abandonar la desesperación y la impotencia por la ilusión y la lucha. Una ilusión que nos haga visualizar nuestras piernas y brazos moviéndose por esos caminos que dibujamos cada vez que salimos a entrenar.
Es con el paso del tiempo cuando hemos de aferrarnos a los recuerdos y al sabor de ese “nutriente” que nos alimenta
Cuando vencemos la desesperación y la impotencia nuestra ilusión por recuperar nuestra alma se hará realidad, y seremos más conscientes que nunca que casi se nos muere el alma por inanición. Alimentémosla siempre, pero escuchémosla cuando nos avise y nos llame al orden, porque sabemos que si no la escuchamos podremos volver a esa pérdida de esperanza que nos vuelve seres corrientes.
Esta alegoría va dedicada a todos y cada uno de los atletas que a día de hoy están lesionados y no ven el momento de volver a practicar el deporte que tanto les gusta, o simplemente no pueden hacerlo por cualquier otra circunstancia. Como entrenador cuando alguno de mis atletas me comunica su lesión aseguro que se mi alma también entra en ese momento de desesperación
Recuerda que puedes ponerte en contacto con nosotros y un entrenador atletismo online te asesorará